1.- Corrientes psicológicas en España. Describimos brevemente las principales escuelas
que dejaron su huella en España, no tanto en su historia exhaustiva sino un breve
apunte hasta hoy.
2.- La Cognitiva-conductual como fuerza dominante. Mostraremos por qué esta fuerza
es la más valorada y predominante. Y cuáles son sus problemáticas o carencias que
necesitan ser complementadas con otras corrientes.
3.- Carencias de la PCC. Veremos algunas críticas emitidas por varias escuelas y autores.
4.- Otras corrientes alternativas existentes. Vemos qué otras psicologías se presentan
en España, por orden de importancia, cuáles son sus posicionamientos y
reivindicaciones.
5.- Corrientes que no están presentes en España. Veremos que posturas psicológicas o
propuestas sí podrían aportar.
6.- Conclusiones. Dando nombre a este artículo, veremos la necesidad de una Psicología
Integrativa y Holística en España. El paradigma sistémico en psicología puede dar paso a
la Integración de las corrientes para este siglo XXI: un paradigma que propone, no solo
la integración de las psicologías, sino la inclusión de la psicología con la dimensión física,
energética, moral y espiritual.
7.- Bibliografía.
1.- Corrientes psicológicas en España.
En este apartado no describiremos exhaustivamente la historia de las corrientes
psicológicas en España, sino que haremos un breve recorrido histórico, hasta ver qué
corrientes dominan el panorama hoy. Y en otros apartados veremos otras corrientes
menos influyentes, así como unas propuestas de mejora e integración.
La psicología, considerada como una ciencia joven en comparación con otras, comienza
en España, igual que en Europa y EE.UU. ligada a la medicina, la fisiología y la filosofía.
Aparecen figuras como Luis Simarro y José Germain, quienes introducen la psicología
experimental, siguiendo el wundtismo alemán, o abren laboratorios científicos del tipo
americano de Titchener. El primer laboratorio experimental se funda en Madrid, en el
- Recordemos también que tenemos en España a nuestro Premio nobel Ramón y
Cajal, pionero en neurología y ciencias del cerebro. Entre los años 20 y los 50 sí penetra
en España y se desarrolla el Psicoanálisis y la psicopedagogía, aunque con mucha menor
fuerza que en Europa o América, quizá debido a la fuerte tradición católica de este país.
También se introduce el conductismo.
Con la Guerra Civil y el franquismo la psicología queda muy marginada, orientándose
casi únicamente hacia la educación, el biologicismo o la psiquiatría.
Entre los años 50 y 60, a medida que España se va abriendo al mundo, es cuando se
introduce la psicología experimental y cognitiva proveniente de EE.UU. Y llega, en los 70,
a imponerse definitivamente la psicología cognitivo-conductual como modelo
preminente en universidades y clínicas. Más adelante analizaremos el por qué esta será
la escuela «oficial» de la psicología en España.
El psicoanálisis en España tuvo un desarrollo muy tardío, ya que primero la Guerra Civil
y luego el franquismo, refrenaron la expansión de muchas corrientes psicológicas y
filosóficas. Luis Simarro, Ángel Garma o Emilio Mira lo introdujeron en España, pero
hasta 1975 no se crean la Sociedad Psicoanalítica de Madrid o la española.
Por otro lado, en los años 80 (cuando se regulan los estudios y profesión de psicólogo en
nuestro territorio) comienzan a popularizarse otras corrientes como la psicología
humanista, la Gestalt y la tercera ola de terapias cognitivo-conductuales (ACT, TDC, FAP,
mindfulness, etc.). Autores como Maslow, Rogers, Satir… empiezan a conocerse en el
público español. Escritores y terapeutas como Claudio Naranjo o Berth Hellinger
(constelaciones familiares) comienzan a recibir mucha atención del público, quizá más
del entorno de la espiritualidad que del propiamente científico.
También en los 80, se crean instituciones junguianas, cuyas lecturas se difunden más en
círculos literarios o culturales que entre científicos. Aparece una sociedad española de
estudios psicoanalíticos y el Instituto Carl Jung.
Y en los años 90, a través del movimiento New Age o Nueva Era, que buscaba unir la
psicología/ciencia con la espiritualidad, comienzan a surgir institutos, centros formativos
o academias privadas, sin respaldo oficial, de psicología humanista y
transpersonal. Comienzan a ofrecerse formaciones sobre bases teóricas de Assagioli,
Groff (respiración holoscópica) y Wilber.
Ya en los 2000 se consolidan o aparecen otras escuelas y enfoques vigentes hasta hoy
como la Psicoterapia Psicodinámica; Psicología Positiva (de Seligman); Psicoterapia
Integrativa y las muy interesantes también Terapias corporales (terapia somática o
bioenergética).
También aparecerán corrientes consideradas muy alternativas, o en conflicto con la
psicología oficial, pero llegando a ser muy populares como terapias regresivas (vidas
pasadas); biodescodificación (psicosomática); constelaciones familiares; PNL;
ecopsicología, psicoastrología, hipnosis, etc. Desde nuestro punto de vista, estas
corrientes desde el momento en que aparecen son porque vienen a llenar algunos vacíos
que las corrientes más clásicas no logran satisfacer.
2.- La psicología cognitivo-conductual (PCC) como fuerza dominante.
Nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Por qué esta es la corriente predominante en
España? Y antes de enumerar algunas explicaciones debe surgir una primera reflexión
para contextualizar histórica y culturalmente las causas. Y es que, a nivel socioeconómico
y político, tras la 2ª Guerra Mundial, Europa Occidental entra en el ámbito-órbita de los
EE.UU., los vencedores. Así que nuestro país, aunque tenga una idiosincrasia propia y
tradición católica, adopta el llamado paradigma occidental que es el de las democracias,
capitalistas y liberales. Este paradigma tiene a la ciencia positivista-materialista, al
capitalismo y a la industrialización como forma cultural. Es en esta cosmovisión donde
se instala la psicología cognitivo-conductual como señalan, entre otros, Steven
Pinker (2018) o Ken Wilber (1996).
Y en lo concreto tenemos que esta corriente domina por 5 razones:
a) Es la corriente que se enseña en las universidades y la que cuenta con mayor respaldo
científico. Tiene publicaciones internacionales, psicometría y evidencia científica.
b) Ha demostrado su eficacia en patologías muy extendidas como la depresión, la
ansiedad, las fobias…
c) Es la que ofrece el sistema educativo y médico español. Porque en clínica es eficaz,
breve y barata.
d) Por influencia de los países anglosajones que culturalmente son nuestros referentes
(para bien o para mal).
e) Por adaptación cultural: la PCC se adapta muy bien al sistema sociopolítico y cultural
dominante, al paradigma individualista, posmoderno, economicista, etc. que concibe al
ser humano como una pieza del sistema capitalista que hay que reparar.
3.- Carencias de la PCC.
En nuestra visión crítica del modelo cognitivo-conductual aceptamos sus múltiples
logros y posibilidades. Incluso entendemos que hoy por hoy no se puede substituir a
corto plazo por ninguna otra corriente en la sanidad pública, por ejemplo, o en la
psicología industrial. Pero sí vemos múltiples vacíos, sobre todo en clínica (desde
un enfoque humanista y existencial) que la PCC no puede abordar o resolver. Ya que
creemos en la necesidad de una visión más completa de la Psicología y del ser humano.
La corriente cognitivo-conductual no proporciona soluciones para una salud integrativa
y completa que está demandando la sociedad actual (Rogers, 1957), tal como veremos.
¿Cuáles son pues sus carencias? Desde la psicología humanista, autores como C. Rogers
o A. Maslow sostienen que la PCC se centra demasiado en la modificación de conductas
y pensamientos de modo superficial. No teniendo en cuenta las necesidades más
profundas de las personas como la necesidad de autenticidad, autorrealización o el
desarrollo de la subjetividad/interioridad. A menudo ignora el sentido de la vida
persiguiendo la resolución de los síntomas inmediatos. (Lo que le viene muy bien al
sistema productivista).
Los psicoanalistas, de la línea de Freud, Jung o Adler, creen que la Terapia cognitivo
conductual (TCC) no llega a las causas subyacentes de los problemas psicológicos. Al
ignorar las causas o dinámicas inconscientes, afirman, se trabaja sobre los efectos y no
sobre las causas. Eric Fromm (1941) dice al respecto que ignorar las causas más
profundas en pro de satisfacer los síntomas superficiales propicia el olvido de lo esencial
humano: su necesidad de significado y angustia existencial.
En este mismo sentido, existen también existen muchas críticas al modelo cognitivo
conductual por parte de filósofos posmodernos (M. Focault, J. Derrida); por parte de
psicólogos o teóricos transpersonales (K. Wilber, S. Grof) y desde posiciones existenciales
como las de R. May o V. Frankl.
4.- Otras corrientes alternativas existentes.
Así pues, en España, se han desarrollado algunas corrientes. Veámoslas en orden de
importancia y qué proponen como alternativa a la corriente CC.
a) El psicoanálisis y psicoterapia psicodinámica: Explora el inconsciente, los conflictos
internos y la historia personal del paciente en profundidad. Esta corriente sigue más o
menos a Freud, Jung, Lacan o Klein. Sigue estando muy presente en círculos privados
clínicos.
b) Psicología humanista (Gestalt, Terapia Integrativa, Bioenergética). Siguiendo la línea
de Maslow, Rogers, Perls o Lowen, priorizan la experiencia subjetiva, el crecimiento
personal y la autenticidad del individuo. En España está muy extendida en formación
privada y centros terapéuticos, en especial Gestalt y bioenergética.
c) Psicología Transpersonal. Quizá no es extraña en un país como España, de tradición
artística y espiritual, ya que integra la espiritualidad, los estados expandidos de
conciencia y el desarrollo del ser más allá de ego. Con influencias de C.G. Jung, S. Grof y
K. Wilber reivindican la dimensión espiritual de los seres humanos.
d) Terapia sistémica y constelaciones familiares. Considera los problemas psicológicos y
físicos como expresiones de dinámicas familiares o transgeneracionales patogénicas. Es
fenomenológica y muy extendida en círculos de talleres. Reivindican y suplen un enfoque
sistémico que es muy difícil trabajar, por ejemplo, en hospitales o centros de atención
primaria.
e) Biodescodificación o Psicosomática Clínica humanista. Esta corriente también muy
presente en España reivindica que las enfermedades físicas son conflictos emocionales
no resueltos. Está basada en estudios clínicos del Dr. Hamer, aunque la terapéutica ha
sido muy criticada quizá por su rápida expansión de profesionales no cualificados. Trata
de sanar el cuerpo mediante la sanación o descodificación emocional.
f) Psicología cuántica o terapias de reprogramación mental. Se basa en los últimos
hallazgos de la cuántica afirmando que los pensamientos y creencias influyen en el
mundo material o circunstancias personales. Proponen cambiar la experiencia de la
realidad a través de visualizaciones; cambios perceptivos; o reprogramación de patrones
subconscientes.
g) Chamanismo y plantas sagradas. No podemos obviar la rápida proliferación, para bien
o para mal, que este movimiento está adquiriendo en nuestro país. Proponen la sanación
espiritual a través rituales de plantas enteógenas o experiencias de trance chamánico.
Reivindican una purificación de la persona y un retorno a la naturaleza, basándose
principalmente en tradiciones de pueblos originarios. Su rápido aumento hace
sospechar que se trate de una moda o un comercio manipulador. Pero, a la vez nos habla
de una profunda necesidad del ser humano actual de regresar a caminos naturales o
ancestrales. El uso de algunas de sus plantas no está permitido en nuestro país.
h) Ecopsicología. Vincula, en una extensión de la Teoría de sistemas, la vinculación de la
salud mental con la naturaleza y el ecosistema. Con influencias del junguiana J. Hillman
o de J. Macy está creciendo en círculos de desarrollo sostenible y bienestar. Reivindican
que la desconexión con la naturaleza es patogénica y patológica y promueven una
reintegración existencial natural que propicia salud psicológica y física.
5.- Corrientes que no están (o poco) presentes en España.
Algunas las hemos mencionado ya más arriba y otras no, pero están poco presentes aún
y pueden aportar y complementar a la dominante TCC. Veámoslas brevemente:
a) La psicología evolutiva o del desarrollo. Se centra en la evolución y crecimiento de los
individuos o grupos, en cómo se da o mejora la transformación a lo largo de la vida y sus
etapas. Dado que la PCC se centra en el presente, ésta aporta una mirada a largo plazo
explorando las transiciones y envejecimiento y su impacto en la salud mental. Esta podría
ayudar a estudiar los envejecimientos, así como aportar en el campo del aprendizaje.
b) Psicología de la mente o nouménica. Esta psicología transrracional estudia fenómenos
más allá de la mente actual y la conducta. Rechaza que la mente humana se reduzca a
emociones y razón. Puede aportar técnicas introspectivas e incluso exploraciones
filosóficas profundas. También incluye una visión del bienestar integral y la
espiritualidad.
c) Psicología humanista existencial. Desafía las ideas de determinismo y control de otras
corrientes y aporta ideas sobre la libertad esencial del ser humano para tomar decisiones
y encontrar el sentido de la vida. Puede aplicarse en cuestiones de angustia e
incertidumbre, muy propias de nuestro tiempo.
d) Psicología cuántica o energética. Sigue la línea de las terapias cuánticas entendiendo
la relación de la mente y la materia como un todo. Aporta técnicas como EFT para tratar
traumas y su relación con el sistema nervioso. Se podría decir que está en su etapa
incipiente, pero puede traer grandes descubrimientos futuros y realiza un trabajo
riguroso y científico.
e) Psicología Integral de Ken Wilber. Este autor, muy conocido pionero de lo
transpersonal propone una integralidad a través de su teoría integral. Existen
asociaciones en España, pero es poco conocida. Su enfoque es incluir la mente, las
emociones, el espíritu y la cultura (los cuatro cuadrantes) para una visión completa del
ser humano y su salud mental.
f) Psicoterapia artística y Terapia Creativa. Aunque muchas escuelas usan técnicas de
expresión artístico-terapéutica, como la Gestalt o la junguiana psicoanalítica, esta
escuela se basa principalmente en esto. Ve las formas no-verbales de expresión artísticas
como herramientas en el tratamiento de traumas o neurosis. Muy útil para niños y
personas o colectivos que no se comunican verbalmente con fluidez.
g) Psicología holística. Está ganando terreno en España ya que combina muchos
diferentes enfoques aceptando influencias y técnicas del psicoanálisis, la Gestalt, la
psicología humanista o la cognitivo-conductual. Se adapta al paciente y sus necesidades
en lugar de seguir un marco teórico rígido. Requiere una gran formación humana y
psicológica por parte del terapeuta, pero su flexibilidad se puede adaptar a múltiples
entornos y necesidades.
h) Psicología Positiva. Se centra en el bienestar subjetivo, la resiliencia, el optimismo, las
fortalezas personales o el sentido de la vida. Fue desarrollada por M. Seligman, aunque
no se ha difundido mucho aún en nuestro país. Aporta también un enfoque más integral
buscando promover una vida más plena y satisfactoria. Trata de mejorar la vida, no solo
aliviar los síntomas, enfocándose en lo que funciona bien.
i) Aún habría otras más como la psicología multicultural, la existencialista, feminista, etc.
En España y en los países occidentales, como hemos visto, predomina pues la Psicología
Cognitivo-conductual. Las otras corrientes más poderosas serían las de línea
psicoanalítica y las de corte humanista. Seguidas de otras muchas corrientes, desde las
más cercanas a postulados cientificistas o neurológicos hasta las más cercanas al
espiritualismo, el enfoque energético o psico corporal. Por tanto, esta gran variedad de
escuelas es un reflejo de nuestra sociedad (Morín, 1999) y se da también en otras
múltiples áreas del conocimiento, como en física, medicina o arquitectura, por ejemplo.
Cabe preguntarnos: ¿Cuál es el peligro de esta suprema especialización y por tanto, la
necesidad de una psicología integrativa y holística? ¿Por qué no conformarnos con esta
disgregación y llamar a nuestra disciplina «estudios psicológicos» como propuso Bunge
(2010) en vez intentar unir o proponer «UNA» psicología?
A este respecto contestamos, como Edgar Morín (1999), que la gran especialización del
conocimiento puede resultar peligrosa porque fragmenta la comprensión de la realidad,
dificultando una visión integradora y relacional. Esto puede llevar a la desconexión de
las disciplinas del saber humano y por tanto a una deshumanización del conocimiento y
de la cosmovisión.
Y agregamos: si la Psicología es la ciencia de la mente que ha de responder y sanar a la
Humanidad de sus angustias y pesares, con todo lo que sabe, ha investigado y aprendido
¿qué le puede ofrecer nuestra ciencia al ser humano si está rota, desunida, neurótica,
contradictoria y sin rumbo?
6.- Conclusiones.
Hemos titulado «Hacia una psicología holística e integrativa en España: un paradigma
necesario» porque vemos, con otros autores (Wilber, Rogers, Jung, Maslow), esta
necesidad manifiesta. Una gran oportunidad de crear una psicología integrativa y
holística para complementar la corriente predominante oficial. Y con el tiempo,
substituirla, en una sociedad más armónica, unida y «ecológica».
Integrativa: Porque puede aunar todas las corrientes y escuelas de psicología de todas
las épocas y latitudes, pero no para hacer un mestizaje o mezcolanza irreconocible, no.
Sino un sano y serio «eclecticismo» que reúna lo mejor de todas las escuelas y sus
posibilidades terapéuticas u otras aplicaciones. En una madurez de escuelas y terapeutas
capaces de hacer de la psicología una ciencia empírica y basada en la evidencia científica.
Y a la vez, sin dejar de ser ciencia, un «arte de la psicología» basado en la convicción y en
la experiencia de la unidad substancial de la propia existencia humana y del universo.
Para esto harían falta verdaderos colegios de psicología experiencial donde maestros y
discípulos se transmitieran un saber científico-artístico-terapéutico a través de los siglos.
Y holística porque la psicología podría imbricarse en la concepción y en la práctica de
una ciencia que incorporara todas las dimensiones del ser humano: física, energética,
mental, moral, trascendental, estética, cultural, ecológica y espiritual. Así, el especialista
en psicología no dejaría de «ver» todo el ser humano, buscando y trabajando en todas
sus dimensiones (junto con la psicológica), en pro de un bienestar completo y
armonioso.
7.- Bibliografía.
- Carpintero, H. y Peiró, JM (2014). Psicología en España: Historia, situación y
perspectivas. Madrid: Biblioteca Nueva - Pinker, S. (2018). En defensa de la ilustración: Por la razón, la ciencia, el humanismo y
el progreso. Paidós. - Wilber, K. (1996). Una breve historia de todo. Publicaciones Shambhala.
- Morín, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.
- wwww.revistaesfinge.com/2018/12/ken-wilber-la-filosofia-perenne-y-lo-integral/
- Bohart, AC. y Greenberg, LS. (Eds.). (1997). Reconsideración de la empatía: nuevas
direcciones en psicoterapia. Asociación Estadounidense de Psicología. - Fromm, E. (1941). Fuga de la libertad. Farrar and Rinehart.
- Rowan, J. (2016). El juego de la realidad: una guía para el asesoramiento y la
psicoterapia humanística. Routledge. - Wilber, K. (2000). Psicología integral: conciencia, espíritu, psicología,
terapia. Shamballa Publications. - Naranjo, C. (1990). Cosas que vengo diciendo. Cuatro vientos.
- Morín, E. (1999). Los siete saberes para la educación del futuro. UNESCO.
- Bunge, M. (2010). La mente y sus problemas: un enfoque cognitivo y neurocientífico.
Gedisa.
Hector Gil García
www.hectorgilgarcia.com