Cuando los hijos están en el vientre de las madres viven sus estados emocionales al cien por cien. No existe una separación entre el yo-mamá y el yo-bebé. Éste siente como propio todo lo que le sucede a mamá, sus alegrías, tristezas, miedos, preocupaciones y, lo más importante, lo “no expresado”, lo “no dicho”.

El “proyecto sentido” es la etapa que contiene el registro psicoemocional desde unos nueve meses antes de la concepción hasta los tres años de edad, aproximadamente. Es la edad cronológica de la formación neurofisiológica del bebé. Todo lo que sucede en la familia y en la mamá le llega al feto. La información pasa a través de:

  • La sangre, con sus moléculas de estrés o serenidad (adrenalina, serotonina…).
  • El ADN.
  • Las emociones de la madre, el campo psíquico inconsciente que comparten.
  • La leche materna y su química. (“Mala leche”, dice la sabiduría popular que tiene una madre enfadada o que tiene problemas con su maternidad, la leche cambia de sabor y se amarga).
  • Y en el parto, a través del paso por el útero y vagina donde el bebé recoge microorganismos e información para formar su sistema inmunitario, etc.

Por eso conocer el estado emocional de mamá durante este periodo nos puede ser de mucha utilidad para conocernos mejor y liberar limitaciones inconscientes. También estas circunstancias de la concepción se reflejarán en el proceso de parto que dejará una poderosa impronta en la vida psíquica del bebé.

Los hijos no se ponen enfermos, los ponemos enfermos

Los niños son el reflejo de la familia y el lugar de somatización de las sombras familiares, especialmente de la mamá. Muchas veces son reparadores de cargas transgeneracionales. Carl G. Jung decía también que el hijo muestra la sombra de sus padres y de sus ancestros. Y que lo hace a través de los síntomas psicofísicos. Laura Gutman, gran experta del tema, se ha especializado en estudiar estas influencias que recoge en libros, como La maternidad y el encuentro con la propia sombra.

En una indagación profunda es importante acceder al contexto y al mismo proceso del nacimiento, comprender la influencia psicoemocional heredada de la madre. Muchas patologías o desarmonías conductuales se encuentran programadas en esta etapa de la vida.

Es muy importante poder investigar qué pasaba por la mente de nuestros padres antes de ser concebidos, durante la concepción y el embarazo. Si deseaban un hijo, una hija; si fue un accidente; si fue inesperado; si suponía un problema…

El nombre Proyecto Sentido lo acuñó el psico-oncólogo francés Marc Frechet. Y viene de estas preguntas que se hacía: ¿Cuál es el proyecto de la madre para este bebé? ¿para qué lo quiere? ¿cuál es el Sentido o la función que tiene en esta familia y en este momento? Este sentido se lo da la madre (y el padre, en mucha menor medida), y casi siempre de forma inconsciente.

A menudo un poco de información, un detalle o frase es suficiente. Por ejemplo: “tu madre en aquella época, embarazada de tu padre, estaba enamorada de su primer novio”; “tu madre intentó abortarte” o “en aquella época no quería tener hijos aún”, etc. Atención: cualquier información que se recoge jamás es para juzgar a nadie, ni a mamá ni a nadie. Todo fue perfecto. La información nos va servir para transcender una situación, para amar y perdonar, no para juzgar.

Todos firmamos un contrato de vida

Todas las personas tenemos la vida condicionada por el “proyecto sentido”, hasta límites insospechables, como comprobamos a diario en cientos de casos estudiados. Por ejemplo: un proyecto sentido de dar compañía a mamá porque papá está siempre de viaje. Entonces, ese hijo o hija no se casa, las parejas no le duran, no tiene hijos… porque así está cumpliendo su proyecto de quedarse con mamá; la información es una potente fuerza grabada neurológicamente durante los primeros meses de vida. Y de alguna manera actúa así: “yo te cuido, te alimento y te protejo, para que tú nunca me abandones. Este es nuestro trato, para eso vas a vivir”. Entonces, la persona adulta cuando va a establecer lazos que la alejan de mamá (amigos, novios…) se auto sabotea esas relaciones para cumplir su mandato inconsciente. Para ser fiel a su contrato o proyecto sentido.

«Los padres comen uvas verdes y a los hijos les rechinan los dientes.» La Biblia

El Dr. Stanislav Grof, gran investigador de lo transpersonal, investigó las resonancias del embarazo y el parto en el carácter del adulto, encontrado patrones universales de programación psíquica durante el embarazo y el parto, a las que llamó “matrices perinatales”. Modelos que nos condicionan y se repiten en cada nacimiento de un ser humano.

Estamos programados

El “proyecto sentido” puede ser múltiple y en él se encuentran muchos programas que luego reviviremos cuando seamos adultos. Es una fuerza-información que genera creencias en el inconsciente y se relaciona con la fidelidad inconsciente al clan. Por ejemplo, si soy un accidente de mis papás, si ellos se embarazan y lo han vivido como un accidente, un hijo no deseado, mi tendencia será tener accidentes de mayor; mis accidentes van a “repetir” mi concepción hasta que yo lo haga consciente y lo perdone.

Eres según fuiste concebido, hasta que tomes consciencia y empieces a ser tú mismo. Aquí tenemos algunos ejemplos de Proyecto Sentido:

  • Proyecto Sentido de Hijo bastón. Viene para ser el apoyo de sus padres en su vejez. A menudo no se compromete con parejas o está ausente en ellas porque tiene que estar disponible para ser el “bastón” y el apoyo de los padres.
  • Proyecto Sentido de Hijo salvador. Tiene que salvar a mamá o a papá de la soledad o de la tristeza, o de la violencia del otro. Esto le hará, por ejemplo, ser hiper responsable, o meterse en la vida privada de los demás, asumir tareas que no le pertenecen.
  • Proyecto Sentido de identidad sexual contrariada. ¿Esperan un niño y nace una niña? Si la contrariedad es muy grande el chico adopta comportamientos del otro sexo para agradar al papá o a la mamá.
  • Proyecto Sentido de hijo no deseado, o intento de aborto. Se sentirá no querido, inexistente o incluso amenazado por el mundo.
  • Proyecto Sentido de hijo de reemplazo. Viene a substituir a otro que murió (un hermano, un ancestro), a menudo no sabe quién es, porque no se le quiere a él, sino al ausente. Suele expresarse así: “siento que no vivo mi vida; mi vida no es mía; no existo.