“Los pecados de los padres se heredarán hasta la tercera y cuarta generación”. Biblia.

Sólo cuando abrimos nuestra visión y tomamos conciencia de las “lealtades invisibles” al clan, tenemos la oportunidad de salir del destino repetitivo. Y dejar de ser prisioneros de una invisible tela de araña de la que también somos directores.

Podemos cuestionar ¿qué sentido tiene repetir los mismos hechos? Hemos que tener presente que desde hace miles de años la forma de honrar a los ancestros, era siéndoles leales. Es como decir “si tú sufres, yo sufro como tú, mamá” o “si tú no eres feliz, yo no voy a permitirme ser feliz; así ves que soy parte de ti, papa”. Estas lealtades sirven para “ser igual” que papá o mamá e inconscientemente tienen la función de cohesionar a clan. También sirven para “que papá o mamá, si soy igual que ellos, me acepten y me quieran”.

Las ataduras naturales con los miembros del clan

Las más frecuentes que nos podemos encontrar son:

  • Afectivas: hacen referencia a aquella persona que ha cuidado de mí. Nos podemos encontrar con la tía o la abuela, que hacen como si fuera la madre. También puede ser un profesor o alguien que tenga mucha importancia en nuestra vida.

  • Freudianas: serán aquellas en las que hay una atracción hacia la madre, el padre, el hermano, etc. Son conocidas como “incestos simbólicos”. Por ejemplo, un hombre se casa con una mujer, pero está buscando a su madre.
  • Por repetición de un mismo nombrenos podemos encontrar que el bisabuelo se llama Nicolás y que el bisnieto se llama igual. Este hecho, según el árbol transgeneracional, tiene la finalidad de traspasar información y programas no resueltos del uno al otro para que se reparen. Es como si dijera: tú, que eres una reedición de aquel, puedes resolver lo no resuelto.
  • Por fechas de nacimiento y muerte: Veremos que las fechas de concepción, nacimiento, fallecimiento crean afinidades especiales y sirven para observar ciertos flujos de información.

Además existen otros síndromes relevantes como:

  • Síndrome de la Fiestamanía, que es el deseo hacer el sexo después de la muerte de un hijo. El duelo queda bloqueado porque hay una vergüenza, que es una vivencia orgásmica reprimida.
  • Síndrome de la Cripta.Donde se guardan muchos muertos secretos. Grandes dramas que pesan como muertos; o muertos que no se les ha hecho el duelo. Por ejemplo, el abuelo fue capitán en un campo de exterminio. O fue responsable de fusilamientos. También deseos y sexualidad prohibidos.
  • El síndrome del Fantasma: fue descubierto por Nicolás Abraham y María Torok, y muy estudiado por el Dr. Salomón Sellam. Él lo denominó “síndrome del yaciente o hijo de sustitución, o reemplazo”. Se trata de un duelo o varios duelos no resueltos. En este tipo de síndrome podemos discernir entre cargar con un fantasma vertical u horizontal. Dependiendo si el familiar fallecido está por arriba (si es un antepasado muerto antes de nacer yo) o en la misma línea de hermanos, por ejemplo, un aborto de mi madre antes de mí (fantasma horizontal).

El Síndrome del Fantasma o Yaciente aparece cuando hay muertes injustificables e injustificadas. Pérdidas difíciles de asimilar, que dejan marcas muy profundas; así como defunciones no admitidas. El duelo pendiente pasa de generación en generación. Por ejemplo, a un abuelo con nietos sobre la tierra o a un anciano enfermo es fácil de hacer un duelo, a no ser que lo maten injustamente o sea una muerte muy repentina o dramática (suicidio…). Pero la muerte de un niño, de un joven, de un padre o madre… siempre será menos justificable. Cuanto más injustificable, más “masa conflictual”. Pero recordemos: por muy injusta que se sea la muerte, si esa generación “la sabe digerir”, si hacen el duelo bien hecho, entonces las generaciones siguientes no heredan tanto conflicto.