Abordar el árbol transgeneracional es, en cierto modo, abordar la vida humana y el gran misterio de sus leyes de equilibrio. El árbol está lleno de información y la llevamos en nosotros mismos, tanto si hemos conocido (como si no) a nuestros ancestros. Tiene sus propios códigos y funcionamiento, por donde circula la energía, como un circuito impreso de ordenador.

Y cuando se aprende a leerlo, se comprende su lógica, su inteligencia y su sentido. Se suele estudiar el árbol genealógico hasta la 3ª o 4ª generación. A partir de la 4ª, la información es muy escasa o nula, pero si la hay, también se puede estudiar.

A través del árbol transgeneracional podremos ver cómo influyen ciertas personas y situaciones vividas por el clan familiar, en nuestras enfermedades, profesiones, parejas, etc. De manera inconsciente, repetimos historias de la familia por “fidelidad ciega”. Incorporamos a nuestras vidas los programas de nuestros familiares y sus situaciones dramáticas no resueltas.

Somos muchísimo menos libres e independientes de lo que creemos ser.

Recordemos que nuestra mente consciente apenas abarca el 3 o 4 por ciento de nuestra psique, por lo tanto, el resto son programas inconscientes, familiares o culturales. Por ejemplo, a la hora de elegir tener hijos o no; estudiar esto o aquello; casarse con este tipo de persona… Nos vamos a sorprender repitiendo patrones y eligiendo en función del clan, mucho más que por nuestro aparente y casi inexistente libre albedrío.

La nueva visión sistémica

Investigaciones científicas de última generación avalan, cada vez más, la influencia que pueden tener las creencias de nuestros antepasados en nuestra propia forma de pensar.

Se abre paso, poco a poco, a un nuevo paradigma claramente holístico y sistémico que contempla no solo la materia sino la información que existe en la mente y su relación con las emociones y el universo. Y no solo a nivel individual sino en el contexto familiar y social donde se genera un malestar o patología.

Hallazgos científicos relacionados con el análisis transgeneracional:

  • Teoría del Holograma de Dennis Gabor
  • Teoría del Orden Implicado y el orden Explicado de David Bohm
  • El cerebro holográfico de Ilya Prigogine
  • El experimento de la doble rendija de la física cuántica
  • Teoría de los campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake

Éste último amplía la teoría del inconsciente colectivo de C.G. Jung argumentando que los recuerdos, o la información, no se limitan a un almacenamiento en el cerebro físico o celular, sino que nos llegan a través de “resonancias mórficas”, que serían campos de información de la naturaleza. Este fundamento, que se está investigando aún, permite explicar sensatamente el funcionamiento y la dinámica del Transgeneracional. Entendiendo el árbol o sistema familiar como un ser vivo, dotado de su propia inteligencia armonizadora o compensadora (todo ser vivo busca la homeostasis).

El transgeneracional se expresa en enfermedades y comportamientos

Para comprender cómo la información trasngeneracional influye en nuestra vida, debemos de entender que hay conflictos heredados de nuestros antepasados, pero siempre hay una situación en nuestra vida actual que desencadena tal conflicto.

. Y eso que nosostros somos un ser individual, pero tenemos esa parte de nuestros antepasados que están ahora mismo ejerciendo influencia en nuestra forma de ver la vida, en nuestras decisiones e incluso en situaciones cotidianas que vivimos.

En algunas enfermedades se ha podido verificar una influencia importante de factores transgeneracionales:

  • Enfermedades crónicas. Las más graves suelen tener orígenes transgeneracionales. La esclerosis en placa, la múltiple; la artrosis; la parálisis…
  • Enfermedades neurológicas degenerativas, como el Parkinson.
  • En las alergias, 9 de cada 10, se originan en nuestra propia vida. Pero pueden también originarse en el árbol.
  • Patologías digestivas: cáncer de colon, páncreas, etc.
  • Enfermedades ósteo articulares y pulmonares.
  • En el caso del cáncer, vamos a encontrar conflictos estructurantes en el árbol, pero siempre habrá una situación a la que el dr. Hamer ha llamado psico shock, que desencandena la patología en nuestra vida.

Por otra parte, hay otros hechos en la vida de una persona que tienen una profunda implicación sistémica. Entre ellos están: la emigración a otro país; las relaciones de pareja donde hay violencia o patrones evidentes que se repiten; los pensamientos de suicidio; los temas inexplicables de dinero (personas millonarias que viven como pobres o al revés), etc. Podemos decir, que son programas heredados, no “digeridos” por el clan, que necesitan ser solucionados por nosotros. Y también son factores que se heredan, las muertes no justificadas o no justificables, como: niños muertos, suicidios, homicidios, etc.

Los factores más importantes se transmiten a través del árbol y generan patologías son:

  • Silencios. Los no-dichos: Hijos ilegítimos, excluidos del clan, adoptados, etc.
  • Secretos familiares: adulterios, incestos, tabúes, etc.
  • Dramas: asesinatos, suicidios, abortos, locos, deformados…
  • Temas de herencias, dinero, robos, peleas entre hermanos, etc.

“El cuerpo de los hijos grita, lo que la mente de los padres calla”. Fraçoise Dolto

Todo aquello que no se ha podido expresar ni acoger, se revertirá después en dolores. Como dice la Biblia y la tradición: “Los pecados de los padres se heredarán hasta la tercera y cuarta generación”. Pero hemos de traducir: los conflictos emocionales no resueltos de los padres se heredarán…

Cada familia tiene sus dramas estructurales

En esta visión sistémica, y en psicología profunda, se dice que todos nos construimos psíquicamente alrededor de un drama ya sucedido. Veremos que hay dramas propios y dramas familiares o del clan. No nacemos como una “hoja en blanco” ni como “tabula rasa”, sobre la que escribir todo lo nuevo. Sino que, como ya indicaba C.G. Jung, cada niño al nacer tiene ya su carácter, su drama y obedece a patrones inconscientes.

Es importante tomar conciencia de esa parte emocional dramática y no resuelta, ya que conformará la base psíquica sobre la que se construirán las creencias y, por lo tanto, las enfermedades de los descendientes. Reconocer esas creencias; dar espacio a esas emociones, gestionarlas y canalizarlas va a permitir reconocer nuestra Identidad Esencial, que es lo queda cuando eliminamos los programas de la personalidad. Dicho en términos junguianos: Solo comprendiendo y asimilando nuestra herencia colectiva podemos liberarnos y pasar a ser entes individuales. Es decir, recorrer nuestro destino individual; “individuarnos” para vivir nuestra propia vida.