La Psicosomática es una llamada a la corresponsabilidad del ser humano en el cuidado de su salud integral. Esta concienciación nos enseña a cambiar la visión que tenemos de la enfermedad. Pasamos de percibir la enfermedad como un castigo, una casualidad o un fallo del cuerpo, a sentir nuestra salud como un todo holístico.

La salud no se puede definir tan sólo como “la ausencia de enfermedad o daño físico”.Esta era la definición vigente hace 15 años por la comunidad científico–médica y la OMS.

Pero ahora se ya se entiende la salud como un estado que tiene más que ver con un bienestar general. Incluso hay una nueva definición de salud por parte de la Organización Mundial de la Salud que es:  La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social.

Esta nueva definición contempla al ser humano como parte activa –en lugar de pasiva– en el cuidado de todas las dimensiones que le constituyen: física, psicológica, emocional, social y espiritual; siendo el estado de salud fruto de ello.

En el año 1983 los doctores Thordwarld Dethlefsen y Rüdiger Dahlke publicaron su famoso libro “La enfermedad como camino” que causó gran revuelo. Y aunque en algunos aspectos ha sido superado y revisado, filosóficamente sus tesis siguen vigentes. En él se plantean las siguientes premisas que vale la pena reflexionar:

1- El ser humano se vive en la polaridad de los opuestos.

2- La enfermedad sería la expresión de la polaridad y, en este sentido, es inevitable.

3- Dado que el ser humano se identifica tan sólo con una cara de la moneda de la existencia, la otra mitad pasa a la sombra del inconsciente.

4- La enfermedad del ser humano se manifiesta a través de los síntomas. Éstos constituyen la sombra de la Humanidad.

5- Lo no reconocido conscientemente tiende a aparecer y a manifestarse a través del síntoma corporal. El síntoma lleva al ser humano a vivir y realizar aquello que en realidad no quería vivir y era, por tanto, rechazado. Así pues, los síntomas compensan, en cierta medida, la polaridad.

6- El síntoma invita a profundizar en la comprensión y el autoconocimiento, abriendo un camino de maduración personal.

7- El síntoma puede conllevar un mayor nivel de integración, al permitir reconocer lo que permanecía oculto.

8- Desde esta particular perspectiva, la curación es entendida como el abrazo de la sombra que el síntoma encierra.

9- La aceptación de la sombra y el reconocimiento de la dimensión esencial abren la puerta de la paz interna.

 10- La enfermedad desarticula barreras erigidas por el ego, recordando al ser humano su vulnerabilidad y sirviendo de orientación o “guía” en la travesía esencial.